sábado, 11 de junio de 2011

No creo en las verdades relativas, las medias tintas o las gamas de grises.
No creo en al verdad absoluta y en las mentiras piadosas. No creo en las buenas intenciones a ciencia cierta, ni en las malas actuaciones sin justificación. No creo en lo completo y ni me molesto en criticar a aquellos que dicen que existe lo incompleto. No creo en los sentimientos fijos y duraderos, tampoco creo que no se pueda llegar a sufrir cada una de las sensaciones de este mundo. No creo en el amor eterno, sincero y puro. Creo en el amor intenso pero pasajero, creo en el amor como una ilusión, una forma momentánea de explicar la realidad en una situación y momento determinados. No creo en que nada sea suficiente para complacernos eternamente, porque cambiamos, y nuestros intereses y deseos también. No suelo creer en las segundas oportunidades, ni en que la gente cambia. Los malos siempre serán malos y los buenos siempre serán buenos. Los cambios existen pero nunca son radicales, son micro cambios que cambian nuestra apariencia pero no nuestra esencia. No creo en las sonrisas si no son sinceras. Ni en las miradas sin fondo. No creo en los besos sin deseo y en el sexo sin amor. No creo que exista la felicidad auténtica si lo que nos la produce sea cosa o persona no es auténtico, etéreo y sincero.
No creo en el día sin la noche, ni en el calor sin el frío, ni en el amor sin desamor, en la alegría sin la tristeza, el bienestar sin el dolor, los sentidos sin la razón; creo en lo opuesto cuando esta unido. Por separado nada es suficiente, juntos sin embargo se complementan forman la unidad idónea, el equilibrio que nos hace ser felices. Para mi no existe lo perfecto, pero tampoco existe el defecto, existe lo perfectamente imperfecto. No creo que toda la realidad sea cierta y que toda la imaginación sea incierta. No creo que los sueños sean solo sueños y que la vida sea vida sin más. Creo que la vida es un sueño, un frenesí, creo que la vida necesita de los sueños para continuar, y que los sueños necesitan la vida para poder ser imaginados, creados y soñados. Yo existo, tú existes y él lo hace también. Coetáneos, pero diferentes; humanos, pero únicos, sin punto de comparación. No somos iguales y sin embargo nos comparan. No creo en la veracidad de las comparaciones, porque... ¿Cómo comparas cosas que son como los extremos? Somos extremos y nos complementamos, pero ¿Para qué comparamos?, cada uno somos especiales e irremplazables, no somos ni mejores ni peores, solo diferentes .He dejado de creer en muchas cosas, pero creo en mi autenticidad, creo en mis posibilidades y en la capacidad que he adquirido de sonreír como los tontos, es eficaz, es propio de mí.

jueves, 2 de junio de 2011


Si eres como vistes, mas te vale vestirte para el papel que quieres.Solo alguna afortunadas no se equivocan nunca.Su aspecto es la perfección y tienen accesorios a juego.Pero la mayoría de las chicas se harta de su look y haran cualquier cosa para conseguir que el último grito en la moda cuelgue de su brazo y luego están aquellas que no saben ver su aspecto. Los ladrones de la moda te quitan hasta la camisa.Y no lo olvides nunca, las apariencias siempre engañan.Pero te pongas lo que te pongas ve siempre preparada para matar.