lunes, 25 de abril de 2011

Ya he perdonado errores casi imperdonables. He tratado de sustituir personas insustituibles. Me he olvidado de personas inolvidables. Ya he hecho cosas por impulso. Me he decepcionado con algunas personas y seguramente yo también he decepcionado a alguien. Me he reído cuando no podía. Ya he conocido a gente que me ha enseñado la amistad. Ya he gritado y saltado de felicidad. He llorado escuchando música y viendo fotos. He llamado sólo para escuchar una voz. Ya me he enamorado por una sonrisa. Ya he pensado que iba a morir de tanta nostalgia... y tuve miedo de perder a alguien especial. Y aún así, esto no es nada con todo lo que me queda por delante.

domingo, 24 de abril de 2011


Imagínate que un día te dieran 1440 euros, poniendo sólo una condición: consumirlos todos en 24 horas. Tienes que acabar con ellos, pero no vale regalarlos, ni guardarlos, ni tirarlos, ni esconderlos, ni cambiarlos. Aprovéchalos.

Inmediatamente te pondrías a pensar en qué gastarlos. Y podría resultar hasta sencillo el primer día. Pero al día siguiente volverán a regalarte 1440 euros. Y a ponerte las mismas condiciones. Y al próximo día te volverán a dar la misma cantidad, y al otro, y al de más allá. Hasta que llegue a convertirse en una rutina algo compleja. Y, como en toda rutina, siempre pensamos que al día siguiente habrá más. Y gastamos por gastar. Se nos olvida que nos dan esos 1440 euros para aprovecharlos todo lo que podamos en veinticuatro horas.

Ahora, cambiemos la palabra euros por minutos.
Todos los días tenemos a nuestra disposición 1440 minutos. Y no podemos venderlos, ni cambiarlos, ni regalarlos, ni tirarlos, ni esconderlos. Tenemos que aprovechar ese tiempo, nuestras veinticuatro horas del día. Es nuestra vida, un regalo. Cada uno de esos minutos no podemos regalarlo, pero sí dedicárselo a otras personas. No podemos guardarlo pero sí invertirlo en buenas acciones. No podemos tirarlo ni esconderlo, porque estaríamos desperdiciando la vida y, a decir verdad, no sabemos si al día siguiente volveremos a tener la misma oportunidad.

Porque vivir no debería convertirse en una rutina para ninguno de nosotros.
Tenemos cada día mil cuatrocientos cuarenta minutos para decir sí a la vida.

Para arriesgar.
Para ser mejores segundo a segundo.

domingo, 17 de abril de 2011


El mundo está hecho de cosas grandes y de cosas pequeñas, pero lo más injusto es que las llamemos grandes y pequeñas, porqué cuando te pasa algo, cuando pierdes algo o alguien que de verdad que te importa, sólo te fijas en eso, aunque explote el mundo a tu alrededor, no te importa, no te importa nada más que eso.

miércoles, 6 de abril de 2011

Y sí, me pueden las ganas, los besos, los labios, no sé. La forma en la que me miras, en la que me tocas o el ruidito que producen tus labios cuando me das un beso. Tus comentarios indecentes, la forma de interrumpir, de ponerme nerviosa, tus mensajes, la forma maligna de la que te ríes de mi o tus manos alrededor de mi cintura, no sé. Solo sé que me sé esa película de principio a final, que tengo pensado gastarte la próxima vez que estemos frente a frente, tengo pensado dejarte marca, más honda que las anteriores veces...