lunes, 29 de noviembre de 2010

Satisfacción



Como esa extraña sensación de cuando estás en la playa y hace calor. De repente te entran

ganas de darte un baño. Te levantas de la toalla. Te acercas al agua. Te metes dentro. Pero

el agua está fria. A veces muy fria. En ese momento, hay quien lo deja correr y vuelve a

tumbarse y a soportar el calor. Otros, en cambio, se sumergen. Y tan sólo estos últimos,

despues de unas cuantas brazadas, alcanzan a saborear hasta el fondo ese gusto único y un

poco extraño de libertad total, hasta de sí mismos.


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