domingo, 9 de enero de 2011



Pero ambos saben, que no son nada el uno sin el otro. Tienen un tipo de "conexión" que les hace saber cuando uno de los dos necesita al otro. Y este es uno de esos momentos.
Él, con la excusa de que ya ha tenido suficiente fiesta por hoy, sale del bar, aunque no con algo de dificultad: sus amigos no quieren que se valla.
Ella, se levanta del rincón, no ha dejado de llorar y aunque no lo hará hasta que esté con él, saca fuerzas y sale al patio.
Ambos alzan la cabeza; se miran y se para el tiempo. Ambos se sumergen en la mirada del otro y sin necesidad de palabras se entienden, se hablan, se dicen todo lo que deben decirse; luego se fundirán en un abrazo del que nadie podrá separarlos jamás.
Y es ahora cuando ella ríe; ríe porque está con él, ríe porque cuando está con él no hay problemas, no hay cosas por las que preocuparse.
Ahora, ella ríe, porque es feliz, porque él es lo único que la hace falta.
Y es ahora cuando él llora; porque está con ella, ríe porque ya no piensa en nada, porque no necesita pensar en anda.
Ahora, el ríe, porque es feliz, porque ella es lo único que la hace falta.
Y es ahora cuando ambos son uno, cuando el uno no es nada sin el otro.
Porque es amor de verdad.

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